La inflación en febrero de la quinta economía de América Latina se mantiene en niveles austeros, y no indica mayor actividad de demanda o de consumo.
Paradójicamente no se abre una posibilidad de contar con una política monetaria menos restrictiva en el corto plazo.
La tasa de inflación anual –en la zona metropolitana de la ciudad de Lima- bajó de 2,13% en enero a 2,0% en febrero, situándose en el ecuador del rango meta del Banco Central de Reserva [BCR] que se ubica entre 1% a 3% [como techo].
La variación del índice de precios al consumidor [IPC] en su lectura subyacente anual [inflación que excluye precios volátiles como alimentos y energía] fue 2,39% al cierre del segundo mes del año en curso, siendo menor al dato registrado en enero de 2,4%, persistiendo dentro del rango meta del Central.
El mes de febrero es un período de presión en precios, sobre todo por el inicio de la campaña escolar. No obstante ello, el sistema de precios medido como variación del IPC no ha registrado mayor movimiento en el componente agregado de la demanda y del consumo de familias y empresas.
Desde el segundo trimestre del año 2018 donde tanto el gasto público, inversión privada y ejecución de proyectos acusa de un período lento o de pausa si se quiere que no está denotando mayor estímulo en el crecimiento de la renta o producción del Perú.
"Paradójicamente [frente a niveles austeros de inflación] no se abre una posibilidad de contar con una política monetaria menos restrictiva en el corto plazo".
A ello se añade el ruido político de un año marcado –el 2018- por hechos no diversificables como la renuncia presidencial del exbanquero de inversión Pedro Pablo Kuczynski y su reemplazo por Martín Vizcarra, quien se dedicó a liderar la lucha contra la corrupción el año pasado habida cuenta la trama Odebrecht.
Se agrega a este hábitat político el encarcelamiento [preventivo] de la excandidata Keiko Fujimori Higuchi [hija del ex autócrata también en prisión por corrupción y asesinato, Alberto Fujimori], quien encabezaría una red criminal al interior del grupo opositor “fujimorista” Fuerza Popular organización que –presumiblemente junto a Fujimori Higuchi- habría lavado dinero de Odebrecht.
El Perú no pudo ejecutar determinados tramos de gasto e inversión por el supuesto obstruccionismo que desde el Congreso peruano ejerció este conjunto fujimorista en la actualidad desprestigiado moralmente, con cerca de un tercio de sus asambleístas acusados de diversas faltas penales y civiles y que dejó de ser mayoría.
Con un crecimiento en el 2018 [cierre e interaño] de menos del 4,0% en términos de PBI real [3,99%], el Perú no encuentra ni el espacio ni el tiempo para crecer de manera sostenible.
Pese a este ecosistema que se lee como de estancamiento o enfriamiento, desde el BCR se viene asumiendo una política monetaria con un sesgo de endurecimiento que no termina de digerir el mercado.
La semana pasada y de manera recurrente, el BCR dejó plana la tasa de referencia de corto plazo en 2,75% no obstante la entidad emisora reconoce no sólo un frente local de austera actividad admitiendo el mismo BCR que ésta se encuentra por debajo de su potencial, sino un factor global donde ha coincidido la tensión comercial internacional por la guerra arancelaria China versus Estados Unidos y las dudas respecto a la actividad de crecimiento económico del planeta.
Como añadido a este ecosistema, el país andino también se moverá el resto del año al interior de un panorama donde destacan el debilitamiento de la economía del planeta, de la economía de los Estados Unidos, un dólar estadounidense con menor potencia y los estragos de la guerra comercial Pekín versus Washington.
Atentos a la próxima reunión de política monetaria del BCR el 11 de abril.
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