Determinados lobbies empresariales que juegan [o jugaban] en pared con grupos de presión política escenificaron un entorno apocalíptico para la economía del Perú días antes del lunes 30 de septiembre, fecha desde donde se aplicó la disolución constitucional del Congreso del Perú. 

A tres semanas de este hecho, ¿cómo se encuentran y -sobre todo- cómo se desempeñaron algunos indicadores y cotizaciones del mercado de divisas por ejemplo y de la economía real? 

¿Somos ese apocalipsis 'marxistoide' del que hablan algunos de estos economistas cabildantes y gestores de gremios que no desean reformas institucionales?

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Foto: sala de reuniones de firma gestora de activos.