Las economías de la cuenca del Amazonas -históricamente- no han registrado políticas institucionales para atajar a los grupos de poder económicos, sean éstos formales o no. 

Minería y tala de madera junto con ganadería y los "barones" de la soja han atacado sistemática y recurrentemente al bosque húmedo, sobre todo en Brasil donde los lobbyes y cabildeos constantes derivan en desgracias medio ambientales. 

Y como víctima de ello la selva amazónica del Perú, Brasil, Ecuador y Bolivia. 

Y -cómo no- las comunidades, los animales, el acuífero y los bosques. 

Desde el Brasil surge la penosa figura del presidente de la economía más grande de América Latina, el ultraderechista Jair Bolsonaro y su responsabilidad -tristísima y torpe- ante este crimen.