El presidente Martín Vizcarra hizo más por la institucionalidad en un año que los últimos presidentes -salvo Valentín Paniagua- en 19 años.

Los primeros doce meses del primer mandatario que reemplazó a Kuczynski [tras la dimisión de éste por su pasado financiero con Odebrecht], registraron un "año político" al liderar -Vizcarra- una suerte de cruzada anti corrupción.

La economía no la dejó de lado, pero tampoco hubo una vocación para apuntalar aquellas variables que se constituyen como "generadores de renta"; tal es el caso de la demanda interna a través de un elemento clave, la inversión pública. 

Tras anotar un avance dinámico del 17% para el cuarto trimestre del 2018 y un incremento del 8,5% para todo este año, la inversión pública -por efecto de cambio de autoridad- recortará hasta el 2,8% en 2019.

El desafío por tanto para el presente año de la gestión del presidente Martín Vizcarra será compensar esa sólida caída con la activación de la cartera de proyectos tanto por el frente privado como por el público, y ello de cara a crecer en términos de producto por encima del 4,0% estimado para los años 2019 y 2020 y más allá en el 2021.